A finales de 2022, 15 años después de iniciadas las obras, está previsto que el Ayuntamiento de Lugo finalice el piquete de Garañón.Demoler el enorme malecón de hormigón que ensombrece las costas del Parque Rosalía es una tarea compleja que, sin embargo, no asusta a los expertos del sector.Máquinas de demolición puntuales, seis meses de espacio y alrededor de un millón de euros, y el edificio solo retrocederá.«Un derribo como el de Garañón puede ser similar al que montamos en el hospital de Vigo», explica José Manuel Carreira, de J. Carreira, «que fixémola con dos máquinas específicas para derribos de brazo largo.Consiste en que una máquina sostiene a la otra, es como si la mano de un hombre se fija y se le sujeta un bloque de construcción, y se corta la otra”, aclara.La empresa lucense es especialista en este tipo de trabajos y opera en toda España.Se encargaron de demoler el antiguo edificio de la Residencia, y ahora están en Tarragona desmantelando gigantescas naves industriales de 30 metros de altura.“En un edificio como el de Garañón es imposible utilizar explosivos y mucho menos en un espacio protegido.Con máquinas de demolición rápidas y buenas”, asegura José Manuel.Convertir en escenarios el Garañón podría tardar, con este método, unos seis meses, estima, y ​​cuando esté hecha la inversión, calcula que el millón de euros que destinará el Ayuntamiento para la obra está bastante en la línea de lo que sería una operación de este envergadura.Pero, ¿cómo es todo el procedimiento?Segunda Carrera, sencilla, pero laboriosa.Las máquinas están cortando el edificio y bajándolo al suelo y los escombros.En el lugar de trabajo, existen equipos especiales (molienda y plantas móviles de reciclaje) que convierten los restos en materiales para darles una segunda vida.Y todo, sin salir de la trama.Allí comencé la segunda fase con unos martillos triturando los escombros.Una vez, un imán separa los restos del hierro de los demás materiales, y posteriormente pasa por un soplador que emite aire de forma continua y cuyo objetivo es separar los materiales más ligeros de los más pesados.Así, paso a paso hasta que el hormigón va a parar a un colector, los metales a otro, etc.... Luego se transporta a todos lados hasta el destino.«Son los llamados derribos selectivos, que son los que se están haciendo a día de hoy en todos los edificios.Primero, porque así lo establece la normativa vigente;segundo, porque si llegas a un aliviadero con todo mezclado, pagas 50 euros el metro cúbico;y tercero, porque todo el formigón de ese edificio se puede volver a utilizar», argumenta Carreira.Porque este tipo de trabajo corre de alguna manera alrededor del círculo.Toman todo el material y le dan una segunda existencia.«Por ejemplo, el formigón se puede utilizar para subbases de una calzada, un parcadoiro o una nave.O incluso en busca de pistas.Si se hace bien todo el proceso, la hormiga puede caer como un fino pulpo, que cuando se derrite con agua parece cemento», abunda la especialista.Eso sí, para lo que necesitas, este material reciclado, dice Carreira, sigue siendo mejor que el natural.«Lo fundamental es realizar un proceso de moi bo seleccionado de principio a fin».Así, paso a paso, es como grandes edificios como O Garañón se van desdibujando del mapa.Con maquinaria muy específica y de gran envergadura, un equipo de trabajo especializado que puede rondar las 20 personas, año y medio por día.Indemnización, otro capítulo pendiente por Garañón lorena garcía calvo «Estamos en contacto con el administrador de la licitación.Xa tuvimos alguna reunión, pero ese sería otro proceso».Tal y como planteó la alcaldesa de Lugo, Lara Méndez, la cuestión de cómo se indemnizaría a la promotora de O Garañón, una vez decidida la creación de una zona verde en la parcela que no permitirá la construcción de ningún edificio, y tras anunciar el día de la ruta a la demolición del edificio.Desde el levantamiento de las Torres de las Costas do Parque, hace más de quince años, el daño a las indemnizaciones ronda permanentemente sobre el tema.Y no es para menos.En el año 2011, el promotor del edificio, Ricardo Iglesias Paredes, presentó una demanda de responsabilidad patrimonial ante el Ayuntamiento en la que estimaba en 26 millones de euros la cantidad que había que indemnizar.Una cifra que a día de hoy su abogado, Javier Calvo, sigue dando por justificada.sigue leyendo«Ya estamos teniendo contacto con el administrador de la licitación.Xa tuvimos alguna reunión, pero ese sería otro proceso».Tal y como planteó la alcaldesa de Lugo, Lara Méndez, la cuestión de cómo se indemnizaría a la promotora de O Garañón, una vez decidida la creación de una zona verde en la parcela que no permitirá la construcción de ningún edificio, y tras anunciar el día de la ruta a la demolición del edificio.Desde el levantamiento de las Torres de las Costas do Parque, hace más de quince años, el daño a las indemnizaciones ronda permanentemente sobre el tema.Y no es para menos.En el año 2011, el promotor del edificio, Ricardo Iglesias Paredes, presentó una demanda de responsabilidad patrimonial ante el Ayuntamiento en la que estimaba en 26 millones de euros la cantidad que había que indemnizar.Una cifra que a día de hoy su abogado, Javier Calvo, sigue dando por justificada.© Copyright LA ​​VOZ DE GALICIA SA Polígono de Sabón, Arteixo, A CORUÑA (ESPAÑA) Inscrita en el Registro Mercantil de A Coruña en el Tomo 2438 del Archivo, Sección General, al folio 91 y siguientes, hoy C-2141.CIF: A-15000649.